vuelo océanico de las arañas.
Algunas arañas pueden alzar el vuelo tras situarse en la punta de una hoja y proyectar hilos de
seda de varios metros de largo. En ocasiones, sus travesías dan lugar a «lluvias» de arácnidos.
Algunas arañas aprovechan las fuerzas electrostáticas para
elevarse en el aire. El fenómeno, documentado por el propio
Darwin, puede dar lugar a vuelos de distancias kilométricas.